domingo, 18 de julio de 2010

El mundo



Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.


A la vuelta contó. Dijo que había contemplado, desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. 
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.
Eduardo Galeano - El libro de los abrazos

1 comentario:

El alter ego de Mabel dijo...

Galeano es un clásico que siempre cumple. Como la picada con aceitunas y roquefort.