Salté mil muros, crucé mil campos, nadé mil ríos
para buscarte
Recorrí valles, me perdí en bosques, y en mares fríos
hasta encontrarte
Mas no hubo trampa, ni vil ponzoña, ni grave herida
que me frenara
Y hasta en el más negro laberinto, vi la salida
la vi en tu cara
Pasaron años, décadas, siglos, pasó la vida
no te encontraba
Hasta esa tarde, que junto a un lago, sentéme solo
y ahí estabas
Quedéme inmóvil, por un segundo, me costó mucho
reconocerte
Estabas blanca, y ahí díme cuenta: llegué muy tarde
venció la muerte.
Te hallabas cerca, y sin embargo, tu voz sonaba
harto distante
"No pertenezco ya a éste, tu mundo, noble guerrero
sigue adelante"
Caí de rodillas -llanto mediante- y de la funda
saqué mi espada
"Si a éste mi mundo, no perteneces, ya no es mi mundo
ya no es más nada"
Traducción libre de "La cruzada del caballero plateado", El Cantar de los Sarcaces, Tomo XVIII. Biblioteca Medieval de Burgundia
* N. del T.: Los versos de cinco sílabas están en itálica porque, si bien no forman nada muy cohesivo en español, en burgundio antiguo encierran un subpoema que habla de la muerte y sus formas de alcanzarnos.
1 comentario:
que lindo, te atrapa :)
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