domingo, 24 de octubre de 2010

El árbol maldito de Martha Town


Martha Town es un pueblo en Virginia del Este, Estados Unidos, donde la gente es un tanto extraña.

Por una convención adoptada desde que se fundó en 1723, todos los hombres se llaman Emery Rustington, y todas las mujeres se llaman Martha Handler.

Se dice que en el cementerio de Martha Town, donde obviamente todas las tumbas dicen “Emery Rustington” o “Martha Handler”, hay un árbol situado en los terrenos más lejanos que no es un árbol cualquiera.

Porque, un 12 de julio de 1985, ese árbol borró del mapa a cuatro jóvenes que jugaban en el cementerio: la bella Martha, reina del baile del pueblo; el robusto Emery, que estaba por entrar en el equipo de Lacrosse; el alegre Emery, que quería ser médico; la traviesa Martha, que cantaba como los ángeles.

Nunca más se supo de ellos.

Nadie sabe cómo fue. “Lo que sí sabemos es que ese árbol no pertenece a este mundo” sostiene Martha Handler, una ciudadana de 89 años. “Les dijeron que no tenían que acercarse. Todos los habitantes lo saben. Ellos lo sabían”.

Dicen que están los cuatro, muertos desde entonces, adentro del árbol.

Dicen que apenas el sol se pone, si pasás muy cerca, ellos te llaman. Oís el canto (ahora ronco) de Martha, y la risa (ahora anóxica) de Emery, oís las cosas más horribles que puedas imaginar. No hay que dejarse engañar, dicen los habitantes. Porque parece que a los muertos no les gusta estar solos. Quieren más y más compañía. Quieren que te unas a su fiesta de ultratumba.

Han contado que te invitan a jugar, a acercarte al árbol, y si no lo logran en segunda instancia empiezan a proferir alaridos pidiendo ayuda. Todo para que te acerques. Todo para lograr que te unas.

Y si no te engañan con nada de eso, te dicen con voces apagadas que de todas maneras vas a terminar ahí adentro, con ellos.
Que todos terminan ahí adentro con ellos. Para siempre.

En el árbol maldito de Martha Town.


De Izq. a der.: Martha Handler, Emery Rustington, Emery Rustington, Martha Handler.


3 comentarios:

Luna dijo...

Una historia siniestra, trataré de recordarla si alguna vez voy por esos parajes.


Besos

El alter ego de Mabel dijo...

oh mi dios, ¡pero si ése es mi nombre! martha handler. ¡DIOS MÍO!

Unknown dijo...

muy buen relato, y muy ingenioso, saludos